sábado, 29 de mayo de 2010

Lobo 3

Matarla hubiera sido tan fácil. Allí estaba yo, subido a la escalera, después de un día de trabajo agotaodor, cansado y deseando terminar para comer algo y meterme en la cama. Ella nunca piensa en eso. Ella termina de trabajar y me deja una nota con cualquier cosa que haya que hacer en casa, y si no lo hago, se cabrea. Nunca le importa si el dia ha sido especialmente duro, o si me duele la espalda o la pierna. Ella lo quiere y lo quiere ya. Y a mi, que me zurzan.

Siempre ha sido así. Si no hubiera sido por Dani ni loco me hubiera casado con ella. A ver quien me mando a mi confiar en que ella se tomaría los anticonceptivos. O meterme en la cama con ella. Pero ella era guapa, e incluso encantadora. Simpática y risueña. Me dijo que no me preocupara, que ella lo tenia controlado.

Después, me buscó diciendome que algún día se le habría olvidado la pastilla, que todo había sido un error, que no sabia que podía hacer. Y yo ya no podía abandonar a mi hijo, así que me comprometí a cuidarlos a los dos. Al fin y al cabo, nada de esto había ocurrido y la hubiera mantenido dentro de mis pantalones ¿no?

Y ahí estaba yo, con el martillo en la mano, subido a la maldita escalera, con un dolor de espalda tremendo y unas ganas locas de irme a la cama, colgando su maldito y horroroso cuadro.

Porque si no, en cuanto ella llegara de su café con las amigas, del spa, de gimnasio o de donde demonios estuviera, me levantaria de la cama a gritos, despertando de paso al niño con su drama de "por que no me quieres?" y sus "mira tu padre que vago es" a mi niño de 4 años.

Es una zorra. Pero una zorra muy inteligente. El niño estaba sentado en la mesa del comedor, pintando un librito de esos de colorear. Y entonces, haciendo sonar la puerta al cerrar y los tacones por el pasillo, apareció ella.

-Aun no has colgado el cuadro?

-Estoy en ello.

-Santo cielo, no entiendo como eres tan lento. Que marido mas inútil tengo.-Dijo esto ultimo en un susurro ¿sabia ella que me ponía frenético que me insultara con susurros en vez de a la cara? ¿o cuanto me molestaba que me humillara delante del niño?

Al principio pensé que no, que lo hacia por costumbre, que no se daba cuenta. Creo que en cuanto supo hasta que punto me molestaba, empezó ha hacerlos mas continuamente.

-Por cierto..-ese tonito es peligroso, que habré hecho ahora- no pagaste la factura del spa.

Vaya por dios, el spa.

-Si la pagué, sobre la mesita del recibidor te dejé el resguardo del banco.

-Pues ellos dicen que no les ha llegado el pago.

-Se habrán retrasado los del banco.

-Ya claro, los del banco, que inútiles tienen que ser los del banco, siempre se retrasan.

La ironía, otra de sus tácticas.

-Pues si, mañana voy y pregunto que ha pasado.

-No quiero que vayas y preguntes, quiero que los recibos se paguen a su hora. Esto no pasaría si tu fueras a pagar cuando toca.

-Pagué dentro del plazo, se habrán retrasado los del banco- pero eso tu ya lo has oído, lo que pasa es que estas mosqueada y vienes a pagarlo conmigo.

-Claro, claro.

-Encima del recividor, ve y miralo.

No, da igual. Mañana ve y pregunta-claro que no vas, sabes que el resguardo esta ahí, y que pague dentro del plazo, y que no es culpa mía.

Las discusiones eran diarias. Y yo ya estaba hasta las narices, la ira me podía. Quizá fuera por eso que aquella vez, por primera vez, aquella sensacion de vació, de falta de moral y de emociones, apareció durante tanto tiempo. Ella hablaba, pero yo ya no la oía. Yo ya solo oía lo que ocurría dentro de mi cabeza.