lunes, 20 de abril de 2009

El Laberinto

Se como es. Esa sensación. Como si nunca pudieras volver a ser feliz. Ya nada de lo que te hacía vibrar lo consigue. Empiezas a hacer las cosas peor. ¿O es que te das mas cuenta? Ya no eres capaz de reírte a carcajadas, te cuesta. De hecho, todo se ha vuelto mas pesado. No quieres levantarte por las mañanas, no puedes. Pero no estas triste. O al menos no como lo has estado siempre. No lloras, no gritas, no te enfadas. Es mas bien una especie de vacío por dentro. Nada te hace llorar pero tampoco nada puede divertirte o enamorarte. Las pasiones se han ido. Estas vacío. Te gustaría tener unas horas como antes, reírte, despreocuparte, volver a llenarte de vida. Pero no las encuentras. ¿Que fue de ellas? ¿Existieron de verdad? Algo en el fondo de tu mente te dice que deberías buscar las sensaciones de antaño otra vez. Pero no lo haces. De hecho a veces, cuando las cosas son injustas para ti, algo en tu mente te dice que te defiendas pero no lo haces. No haces muchas cosas de hecho. ¿Que sentido tendría, si no sientes placer al hacerlas?
Es un laberinto, del que cuesta tanto salir que empiezas a pensar si realmente valdrá la pena. Es un laberinto en el que no sabes si has entrado o ha crecido a tu alrededor, atrapándote. Ni siquiera sabes si es real. Es todo muy confuso. Ves fantasmas dentro, pero ellos no te sacan, no te tocan, no pueden. Piensas en que quizá alguien real aparezca, alguien que pueda sacarte. Pienso que quizá yo pueda encontrar la salida, claro que es difícil, pues no hay señales que indiquen el camino correcto. A veces, en los mejores momentos pienso que quizá tendré fuerzas para atravesar las paredes del laberinto o incluso volar hacía la oscuridad que veo al levantar la cabeza.
Se que hay salida y aunque a veces siento que no la voy a encontrar, sigo buscando.

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