viernes, 17 de julio de 2009

Psicología del placer

O de los placeres. La verdad es que el tema del placer me resulta fascinante. Quizá porque es una de las pocas cosas sino la única que nos mueve por voluntad. ¿Y es que quien puede renegar del placer? Yo no, desde luego. Vamos, no se si puedo, pero no planeo hacerlo. La vida es corta, demasiado para pasarla sufriendo. Tambien es demasiado corta para pasarla aburrido. Que queda entonces sino el placer. Me niego a renunciar. Me niego a una vida que ademas de corta sea de sufrimiento. Me niego a que el dolor gane la batalla.
Amo ir andando y cruzarme con una descolocida/o con un buen perfume, amo ir a un bar cualquiera y encontrar que hacen buena horchata, amo encontrarme con un bebe desconocido en la cola del super y que me mire e incluso me sonría. Amo los buenos libros, amo las buenas canciones y susurrar sus melodias. Amo los buenos vinos, el tacto de las legumbres cuando metes la mano en el saco, o de un peluche, o de la seda.
¿Porque nos producen placer estas cosas? Esa es la duda. Aunque es solo curiosidad, ya que no renunciaré a ellas, por absurda que sea la respuesta.

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