sábado, 6 de junio de 2009

Filosofía

Estoy leyendo un libro titulado Mas Platón y menos Prozac de Lou Marinoff sobre el asesoramiento filosófico. Me parece que el asesoramiento filosófico es una herramienta extraordinaria, porque siempre he defendido el pensar por unos mismo y a eso la filosofía ayuda mucho. En cierta manera Marinoff presenta el asesoramiento filisofico como una alternativa a las terapias psicológicas convencionales. Bueno, yo nunca he tenido demasiada fe en lo convencional así que... Obviamente, y pese a que se mete mucho con la psicología, psiquiatría y psicoanálisis admite que hay cosas que no entran dentro del ámbito filosófico y que a veces ha derivado clientes a especialistas psicológicos y psiquiátricos. A mi, la verdad la forma como habla de la psicología al principio del libro me resquemó un poquito al leerlo, pero admito que a veces tiene razón. Lo que aún no tengo claro es si el problema es del la propia psicología como especialidad o de los psicólogos. Y es que en todas partes encontramos estúpidos.
Cuando pensaba estudiar Magisterio pensaba (y aún lo pienso) que un buen profesor se hace mas por lo que está dispuesto a aprender que por lo que en la facultad le puedan enseñar. Yo he tenido profesores que con la misma edad y la misma educación académica utilizaban métodos radicalmente distintos para enseñar. Creo que en la psicología pasa igual, que hay mucho idiota con título por ahí suelto. Y un idiota, aunque apruebe los exámenes sigue siendo idiota. Es un malvado, en la Teoría de la estupidez porque cobrando un sueldo no hace bien su trabajo y creo yo, perjudica a los pacientes/clientes.
Pero también los hay buenos, por supuesto, como todo en esta vida. Y en esos es en los que yo creo. Y en las manos de los que yo me pondría.

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