viernes, 12 de junio de 2009

Un buen día

No me parece que se pueda asumir que un buen día sea aquel en que no pasa nada malo. Se que la vida es corta. Algunos opinan que no debería saberlo, porque soy joven y a mi aun me queda mucho. Pero puedo sentir que si uno se despista, cuando regrese descubrirá que todo no era mas que un segundo y que ya ha pasado. Y no puedo asumir que la vida, una buena vida, sea la que tenga menos males. Aunque mi cabeza lo entendiera y lo repitiera miles de veces, cada segundo, durante toda mi existencia, nunca podría creerlo de verdad.
Mi corazón y mi alma tienen ideas propias y esta no es una de ellas. Nunca un alma puede matarse ni cambiarse, pero puede dormirse o acallarse. Quizá solo para dejar de llorar.
Dormir al alma sirve para dejar de llorar, pero no para dejar de sufrir ni mucho menos para ser feliz. Todo nuestro tiempo en la tierra sirve para aprender a escuchar la música del alma y aprender a bailar su melodía. Esa danza será la misma felicidad. Nada más merece la pena en esta vida.

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